Sólo los pequeños hombres beben exclusivamente grandes vinos, sólo los hombres que miran la muerte a cada amanecer, los grandes hombres que no pueden pagar las distracciones que alivianan la vida beben todas las mañanas, humildes cualquier vino, unos para poder dejar de mirar a la muerte manteniendo la cabeza alta y otros por el dolor de no poder aguantarla
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